Tal vez suena muy fuerte para quienes se han acostumbrado a oír esta expresión en diferente sentido, pero el investigador Francisco Bautista Zúñiga es categórico: “Debería cambiar el dicho de que el que prueba el agua de pozo se queda a vivir en la Península de Yucatán”.

¿Cómo quedaría? El mismo investigador responde: “El que bebe el agua de pozo se muere”.

Con esos conceptos se refiere a los altos niveles de contaminación que prevalecen en el subsuelo de la zona y al riesgo de que el problema aumente si nada se hace para contrarrestarlo.

Doctor en Ciencias, Francisco Bautista habla con autoridad sobre el tema. Es investigador del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ha desarrollado varios proyectos y estudios sobre agua, ambiente y suelos en la Península de Yucatán.

Sostiene que no hay que dejarse engañar por un antiguo argumento: en esta región ni hay mucha agua ni toda es de buena calidad, como se trata de hacer creer.

“Ya se ha reportado ampliamente que la calidad del agua subterránea no es de buena calidad para beber ni para el uso agrícola”, subraya en un análisis difundido en la plataforma digital de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karst (AMEK), de la cual es presidente fundador.

El problema no se limita al agua. El experto de la UNAM también hace notar que hay signos de contaminación en el aire, que no se deben dejar pasar.

“Hace unos cuatro años participé en un estudio sobre metales pesados en doce ciudades de México”, explica en plática con Central 9, la Unidad de Investigación Periodística de Grupo Megamedia. “Tomamos una de las más limpias, que según yo era Mérida, y para mi sorpresa encontramos que hay metales pesados”.

“Claro, Mérida no es de las ciudades más sucias. Si la comparamos con Ciudad de México, Toluca o San Luis Potosí sí está en niveles bajos, pero está aumentando la contaminación”.

Incluso, anticipa que están realizando un amplio estudio sobre el aire y la contaminación durante la pandemia de Covid-19, un tema que arroja datos interesantes que se darán a conocer próximamente. Varios perdedores con la contaminación del agua

En sus apuntes sobre el agua de la región, el presidente fundador de la AMEK puntualiza que la contaminación deja varios perdedores:

—Pierde la población en general por la contaminación de las aguas subterráneas generada por las granjas porcinas y avícolas, los desarrollos turísticos (grandes y medianos) privados y sociales, la ocupación habitacional de las reservas ecológicas y las reservas hidrológicas, entre otras.

—Cuando se contamina el agua subterránea de las zonas de recarga para las ciudades, como lo es todo el anillo de cenotes, el abastecimiento y potabilidad del agua potable se encarece. Así, pierde la población en general porque sus impuestos no se usarán para la mejora de las calles, para escuelas y otras acciones de gobierno. Poblaciones que se hacen más pobres

—Pierden las poblaciones rurales del Estado, que son también las más pobres y las que tienen mayores carencias sociales. Se les están aumentando esas carencias, y una de ellas es la de agua potable. Con más carencias se les hace más pobres.

—Otros problemas por la contaminación del agua subterránea que sufren las poblaciones mayas son aumento de enfermedades, pérdida de empleos turísticos y pérdida de comodidad por malos olores, entre otras cosas.

—También pierden los gobiernos. Los tres niveles de gobierno pierden credibilidad. Los locales más porque son los directamente responsables de no atender correctamente los problemas ambientales. Aunque cada vez son menos, en el sur del Estado hay poblaciones que aún dependen del agua de pozo para actividades cotidianas (Megateca)

—Los conflictos que no se atienden políticamente tienden a escalar, crecen. Cuando un conflicto explota, pierden los que se abstuvieron, una de las partes, pero más los gobernantes.

—Los que “ganan” sufren un desgaste importante que se hubiera podido evitar, pero que no fue así por el fracaso de la política. Los indiferentes y los que toman partido

También señala otra parte del problema: los que no se sienten afectados por la contaminación.

“Algunos se muestran indiferentes y otros toman partido apoyando a alguna de las partes en conflicto”, apunta. “Los indiferentes pierden sin darse cuenta de ello”. ¿Qué es el karst y por qué la Península de Yucatán es kárstica?

El doctor Francisco Bautista Zúñiga recuerda que la Península de Yucatán es un territorio kárstico y, antes de abordar el tema de los mitos sobre el karst, explica lo siguiente en la plataforma digital de la AMEK:

–La palabra karst tiene varias acepciones:

En geología se refiere a disolución de las rocas sedimentarias y las formas superficiales y subsuperficiales que este proceso de disolución genera. Se consideran también los tipos de agua y sus flujos.

En geomorfología se refiere al relieve kárstico en superficie, tanto al relieve positivo como al negativo y al subterráneo, todas ellas formas originadas por la erosión química de las rocas sedimentarias.

En geografía, el karst alude al territorio que tiene un relieve producto de los diversos grados de disolución de las rocas sedimentarias, lo cual crea paisajes geográficos a diversas escalas, tanto por arriba como por abajo (cuevas, cavernas, sumideros y ponores. Un ponor es un conducto natural formado en los terrenos calcáreos por donde un río desaparece de la superficie y se hace subterráneo). Acidez, rocas calizas y yeso

 “El karst se produce por la disolución de las rocas solubles, ya sea por aguas ligeramente ácidas o no ácidas”, abunda el especialista. “Rocas como calizas y dolomitas que se solubilizan con aguas ácidas o rocas como el yeso que se disuelve con aguas no ácidas”.

“Una particularidad del karst son sus formas en superficies de relieve negativo, como dolinas, uvalas (depresión del terreno de forma irregular en zonas kársticas), poljes (hundimiento en un macizo de roca kárstica), así como relieve positivo (montículos, colinas, lomas y montañas) y sus formas subterráneas como las cuevas, cavernas, simas, sumideros, sifones, ponores y otros”.

El investigador de la UNAM subraya que en México el karst ha sido poco estudiado, pero lo conocido resulta espectacular y los paisajes relacionados con esa característica son grandes atractivos turísticos. Territorios  expuestos a la degradación

Sin embargo, recalca, estos territorios kársticos también son vulnerables a la degradación y éste es el motivo principal de la AMEK: generar la información científica que permita aprovechar los ecosistemas kársticos de manera sustentable y para lograr estos objetivos se requiere el combate a los mitos sobre el karst.

A continuación menciona algunos de esos mitos en la Península de Yucatán: La Península de Yucatán es plana

Esto se dice y se repite porque se compara con las grandes zonas del país, como la oriental, la occidental y la del sur. No obstante, sí  se cuenta con lomeríos y montañas, así como una gran cantidad de depresiones kársticas, además de cuevas y cavernas. Es decir, relieve positivo, negativo y subterráneo, respectivamente. En el acuífero maya hay agua abundante y de buena calidad

Ya se ha reportado ampliamente que el agua subterránea no es de buena calidad para beber ni para el uso agrícola. Hay diversas familias de agua que hacen pensar que hay varios acuíferos (carbonatados, salinos y con yeso). Además, ya se ha notificado que cerca de la costa norte de la Península hay un acuífero confinado. Los flujos locales del agua subterránea son poco conocidos.

No es un gran acuífero. Son varios y deben ser aprovechados de acuerdo con sus particularidades. Si hubiera mucha agua de buena calidad no habría tantos conflictos sociales. El dicho de que el que prueba el agua de pozo se queda a vivir en la Península de Yucatán deberá cambiar a: “El que bebe el agua de pozo se muere”. No hay cuerpos de agua superficiales ni ríos

Esto es parcialmente cierto en el karst reciente. Sin embargo, en las zonas donde hay lluvias por arriba de los mil milímetros al año se pueden observar caudales de ríos temporales durante la época de precipitaciones. Además, están el paisaje fluvio-kárstico al sur de Campeche y numerosas lagos y lagunas en Quintana Roo. Muchos cuerpos de agua en el tecto-karst negativo, es decir, en el sentido de las fracturas.

La presencia de ponores en Calakmul, en el sur de Yucatán y en el sur de Quintana Roo son los sitios por los que drena el agua con numerosos rasgos en superficie y,  sobre todo, con  la circulación subterránea. No hay suelo en la Península de Yucatán

Sobre esto ya se han publicado varios artículos y capítulos de libros donde se informa que en el norte de la Península los suelos dominantes son los del grupo Leptosol (suelos someros y pedregosos que pueden tener roca continua en o muy cerca de la superficie) y que aproximadamente un 30% de la superficie no cuenta con suelo. Empero, en el Centro y el Sur se han reportado suelos desarrollados, profundos y con calidad agrícola, forestal y pecuaria. Se respira aire limpio

Este mito, al igual que los anteriores, es parcialmente cierto. En los últimos años ya se ha reportado que comienzan a presentarse concentraciones crecientes de metales pesados en el polvo, suelos y plantas en las ciudades. Hay mucha vegetación

En realidad, la gran mayoría es vegetación secundaria y hay grandes superficies de pastizales en el oriente de Yucatán y de otros cultivos en el sur y occidente de la Península. La gente es pobre, pero feliz

Este concepto no está vinculado directamente al agua, pero sí alude a una población explotada junto con sus recursos naturales. Se sostiene ese argumento, pero no se dice que los estados de la Península figuran entre los que presentan  mayor número de suicidios. Además, hay un 20% de la población en pobreza extrema y un 60% más con alguna vulnerabilidad. Es decir, solo el 20% vive y gana bien. Una oportunidad para la reflexión

Más adelante el investigador de la UNAM informa que el 16 de septiembre pasado concluyó la sexta reunión anual de la AMEK y dice que este evento es un buen motivo para hacer una reflexión sobre fortalezas y logros, debilidades y fallas en las tareas realizadas, así como sobre las amenazas y oportunidades, para después hacer un plan de acción.

Entre los logros enumera trabajos de divulgación y de apoyo institucional al gobierno federal, a los tres gobiernos locales de la Península y a varios municipios y comunidades.

“La AMEK está en el radar de las instituciones de gobierno”, enfatiza.

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